Hicimos la misma rutina hasta hace dos años, cuando enviaron a mi hermana a un colegio fuera del país. Cuando me enteré me deprimí mucho pues sabia cuanto la iba a extrañar, pero me alegré por ella. Así podría conocer mucha gente nueva y de paso salir de la rutina de “nuestro hogar”.
En estos dos años yo me volví más sociable. Tengo algunos amigos e inclusive tuve dos novias, pero no paso un solo día sin que pensara en mi hermana y aunque hablábamos mucho por teléfono no la había visto en persona, por lo que me ilusione profundamente cuando supe que iba a regresar en agosto.
Fui a esperarla al aeropuerto y estuve como media hora. Me preocupé al no verla hasta que por detrás una manita me cubrió los ojos y me dijo si la reconocía. Yo me di la vuelta rápidamente y de verdad que no la reconocí, ya no era la niña que yo recordaba. Ahora se ha convertido en una angelical joven y no se porque me vino un impulso de besarla en la boca y lo peor fue que ella lejos de enojarse me respondió efusivamente.
Como a los 10 segundos me di cuenta de lo que estaba haciendo y me separe de ella. Sin embargo, noté un brillo en sus ojos. No le di gran importancia y regresamos a la casa platicando de todo lo que le había pasado en estos años y así nos quedamos como hasta las siete de la mañana. No sé qué me paso pero sentí que apenas habían pasado cinco minutos.
Unos días después la ingresaron en el primer año del liceo donde yo estudio y así volvimos a la misma rutina. Nos pasamos todo el día haciendo los deberes escolares y platicamos mucho como antes e inclusive nos volvimos a dormir en la misma cama. Sin embargo, las veces que nos dormimos empecé a sentir una necesidad inquietante de acercarme más a ella, de acariciarla y besarla hasta que a los cinco días me atreví a besarla. Lamentablemente ella se despertó, me empujó y me cuestionó muy enojada qué me pasaba. Yo le tuve que responder que sentía algo por ella, algo muy fuerte que nunca había sentido antes. Ella se sonrojó y me dijo de forma áspera que saliera de su habitación. Yo, entendiendo mi error, salí rápidamente.
Al otro día pedí mi cambio a un instituto en otra ciudad pero mi novia se enteró y fue a mi casa y me cuestiono por qué me iba a ir. Lamentablemente mi hermanita escucho todo y la cabo de unos segundos salio de su habitación y me gritó enojada que por qué me iba yo a ir y que no la podía dejar sola. Asustado por su reacción le dije a mi novia que se marchara y le expliqué lo mejor que pude que mis sentimientos por ella están mal y que lo mejor era que me alejara para protegerla. Ella no lo entendió y se marchó a su habitación diciéndome groserías en el camino.
Estuve de esa manera hasta que decidí terminar con mi novia para así no dañar a más personas. Ella se enojo mucho y salió corriendo del salón. Al llegar a mi casa mi hermana que se entero de que esa niña era mi novia, me recibió con una lluvia de manotazos y llorando me dijo que era un cerdo, que como me atrevía a tener una novia. Yo, triste por la ruptura con mi novia y enojado por su reacción, le dije que al fin de cuentas no era su problema. Para mi horror sus ojos se llenaron de lágrimas y me dijo que me amaba y que se moría si no me besaba y diciendo esto me besó. Yo sentí como una explosión de felicidad y le respondí y sin darme cuenta llegamos a mi habitación. Traté de detenerme una ultima vez, pero ella me dijo que me amaba y que quería estar conmigo para siempre. Yo no pude resistir más y lo hicimos.
Me desperté como a las dos horas muy asustado y confundido, temiendo que alguien nos pudiera haber descubierto. Sin embargo, no había nadie en la casa por lo que me sentí un poco más tranquilo.
Al otro día en la mañana me despertó mi hermana con una lluvia de besos y caricias. Yo traté de responderle de la manera más tierna posible. Estuvimos todo el día juntos y en la noche traté de alejarme de ella para estar solo y tratar de pensar, pero no me lo permitió y lo hicimos de nuevo.
Hemos estado así más de tres meses. Por un lado yo sé que lo que hicimos esta muy mal visto por la religión, la sociedad y aún por la propia ley, pero por otro lado siento que no es sólo una calentura pasajera de dos adolescentes explorando el sexo.
Yo nunca he sido cursi, pero cuando estoy con ella, cuando la veo a los ojos, siento toda la alegría del mundo, que todo me da vueltas, como si pudiera estar solo con ella y sin nadie más que nosotros. Tengo un poco de miedo porque alguien nos pueda descubrir, pero sé que la amo.
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